
Como una novela de Daniel Pennac es un libro sobre la lectura (Anagrama, 1993). El libro no nos recomienda que debamos leer. No se si conscientemente pero creo que Pennac estaría de acuerdo con Aristóteles o Wittgenstein: la virtud, supongamos que lo es el hábito de la lectura, no es algo que podamos inculcar a través de imperativos o sermones, “El verbo leer no soporta el imperativo”. La única forma de comunicar el placer de leer es por contagio, que alguien pique el anzuelo, que coma de la manzana y entonces seguro... ya no hay marcha atrás. De ahí que nuestro autor sugiera seguir leyendo a los otros, contarles los cuentos y las historias, mostrar nuestra pasión.
Por otra parte, el libro de Pennac podría haber llevado por título Confesiones de un lector, pues cualquiera que ame la lectura se dará cuenta que él o ella también pecan de lo mismo: las manías, los antojos, las filias y de las fobias de todo lector. La lectura como evasión, como tiempo robado a la vida, como sorpresa, como peligro, como reconocimiento, como expansión. Leer como paranoia, como conciencia de que los libros te persiguen, tienen vida propia, se cuelan en tu vida en el momento adecuado para susurrarte algo.
Carmen Ors Marqués