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miércoles, 1 de abril de 2009

Psicología y cine: El síndrome de cautiverio y La escafandra y la mariposa, por Maribel Mínguez


SINOPSIS

La escafandra y la mariposa es una película basada en un hecho real. A la edad de 43 años, Jean Dominique Bauby, redactor jefe de la revista Elle sufre un infarto. Es ingresado en el hospital de Berk-Sur-Mer en estado de coma. A las tres semanas despierta y comprueba que no es el mismo. Algo extraño le pasa aunque no sepa muy bien de que se trata, está totalmente paralizado, no puede hablar, ni comer, pero en cambio su mente está intacta. Solo puede mover el parpado de su ojo izquierdo… Tras el shock de notar que no podía valerse por sí mismo conoce el nombre de su enfermedad, “síndrome de cautiverio”. Ahora tiene que adaptarse a un mundo desconocido y solo con ayuda de su imaginación y su memoria consigue llevarlo con más optimismo. Está película hace que vivas en 1ª persona el calvario emocional que pasa quien sufre este encierro cerebral.

COMENTARIO

El síndrome de cautiverio, “Locken in syndrome”, es un raro desorden neurológico que se produce por una lesión cerebrovascular (generalmente) que daña importantes porciones del tronco cerebral sin dañar los hemisferios. Los síntomas de la enfermedad son: tetraplejía, pérdida del uso de brazos y piernas, y anatría, trastorno de la articulación de la palabra, solo se conserva la conciencia, la visión, audición, la respiración y la capacidad cognitiva. No hay ninguna curación posible ya que no logran volver a recuperar el control motor, pero hay medios que mejoran sus condiciones de vida, como la estimulación eléctrica neuromuscular que puede ayudar a activar algunos músculos paralizados y varios dispositivos que permiten una mejor comunicación. El resto de tratamientos son sintomáticos y de apoyo. El pronóstico es incierto y las principales causas de muerte por este síndrome son: las respiratorias (neumonía, insuficiencia respiratoria, embolia pulmonar), extensión de la lesión del tronco, complicaciones cardiacas, sepsis, hemorragia digestiva, coagulación extravascular diseminada. La mayoría de los casos son crónicos, irreversibles y con una alta mortalidad.
El caso de Jean Dominique Bauby fue uno de los más renombrados. Como homenaje a su lucha ha sido recordado en esta magnífica película que muestra de una forma ejemplar la situación extrema que vive quien sufre este curioso síndrome. Jean Dominique tenía toda una vida por delante hasta que en 1995 todo se derrumbó. Le diagnosticaron el síndrome tras despertarse del coma. Poco a poco fue asimilando la noticia y aunque en ocasiones la situación le superaba no tiró la toalla en ningún momento. Quería vivir, comunicarse, disfrutar de sus hijos… Todo lo que había tenido y lo que era había cambiado por esta rara enfermedad. Gracias a un código, consiguió expresarse y decidió escribir un libro brillante. Con solo el parpadeo de su ojo izquierdo, consiguió dar rienda suelta a sus sentimientos dejando así una lección de vida y de superación. Ese fue el gran legado que dejo tras su muerte y con el cual consiguió escapar de su prisión. Contra todo pronóstico consiguió finalizar su exitosa obra y al poco tiempo de acabarla falleció (a los 10 días) por la neumonía.
No es el único caso conocido, también hay dos personas muy renombradas por este síndrome. El primero es José Carlos Carballo, más conocido como Charlie, vallisoletano de 41 años. Al igual que el protagonista de la película, Charlie tenía muchos sueños por cumplir y una vida por delante. En 1999, tras dos infartos cerebrales le diagnostican el síndrome. El únicamente tiene movilidad en el dedo índice derecho, en el cuello y muy poca en algunos músculos faciales. No puede hablar, ni masticar, ni moverse, respiraba por traqueotomía pero al igual que todos los enfermos de este síndrome, conserva su mente intacta. Junto a su mujer, idean un lenguaje similar al de Jean Dominique que le permite expresarse. Pero a diferencia de este, Charlie, tiene acceso a un ordenador que le permite, gracias a su limitada movilidad, escribir y navegar por internet. Contra todo pronóstico también, le aseguraban dos meses de vida, consigue escribir dos libros: El síndrome de cautiverio en zapatillas y verbos. Ha conseguido “sentirse útil” como cita en alguna entrevista, cumplir su sueño de volar en un avión militar, que le reconozcan su derecho a voto, ha realizado un documental, etc. Tengo noticias de él hasta el 2007-08, pero no he conseguido asegurarme de si actualmente sigue con vida o no.
Por otro lado está el caso del Erik de 16 años, que sufrió un accidente de coche que le dejó paralizado y sin habla. Su única forma de comunicarse es también, por medio del parpadeo. Ha salido en la CNN, video en el que su padre pide ayuda para que su hijo pueda vivir. Pero las innovaciones tecnológicas le han devuelto la esperanza, a él y a su familia. Philip Kennedy, neurocientífico, ha ideado un sistema de electrodos que detecta las señales del habla que trasmite su cerebro y las traduce con ayuda de un sintetizador. Ahora Erik está aprendiendo a “hablar desde dentro”, con esta nueva terapia que confían que le permitirá desenvolverse incluso en conversaciones. Tres casos dramáticos y muy diferentes con una gran lección de vida.

CONCLUSION

La película refleja el drama que vive Jean Dominique con su enfermedad. Rápidamente te involucras en el film, ya que es en 1 persona y observas todo desde sus propios ojos. Es una historia bonita que te hace recapacitar sobre el valor de la vida en sí. Un testimonio real, de cómo la vida sin previo aviso juega sus cartas y cambia tu destino. Es un claro ejemplo de lucha, digno de admiración. Creo que es una gran película, que personalmente, me ha fascinado.

Maribel Mínguez, 1 Bach-H


P.D. El libro lo tienes comentado aquí.