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domingo, 17 de enero de 2010

El autismo, por MINERVA GÓMEZ


El autismo es un trastorno en el desarrollo del cerebro que aparece durante los tres primeros años de vida y es más común en hombres que en mujeres. Presenta un conjunto de signos y síntomas que afectan el desarrollo del niño.

En el primer año de vida es muy difícil de identificar, aunque los padres ya empiezan a observar conductas extrañas en el niño, como por ejemplo: el bebé puede estar horas en la cuna sin reclamar atención, no responde a los brazos de la madre ni reconoce su rostro, no sonríe a los padres y a menudo llora sin causa aparente.

Después del primer año el niño autista presenta alteraciones en tres áreas:

  • Comunicación. Hay incapacidad para comunicarse, los niños autistas están sumergidos en su propio mundo; la mitad de ellos no tienen lenguaje verbal; las respuestas de los sentidos se ven alteradas, por ejemplo: a una persona autista puede molestarle un ruido que para una persona no autista pasa desapercibido. La molestia extrema puede llevarle a la agresividad.

    En la comunicación verbal predomina la articulación de frases interrogativas, repite mecánicamente palabras y frases sin tener en cuenta el contexto ni el sentido. Si un niño autista dice: “¿Quieres pastel?”, la entonación y la mímica nos permite saber a quién va dirigida la pregunta. La inversión del pronombre, utilizar “tú” cuando debería decir “yo”, indica anomalías en la comprensión del lenguaje.

  • Comportamiento. Las conductas de estos niños son involuntarias y se caracterizan por balancearse, girar, saltar repetidamente, mover las manos y los dedos delante de los ojos, aletear o aplaudir, mostrando así su excitación emocional.

    Golpea objetos y superficies, prefiere utilizar objetos con movimiento, rechaza la ropa nueva, come alimentos determinados y blandos, reacciona de manera negativa cuando se modifica su rutina (cambios de muebles, rutas u horarios). Se interesa por objetos que pueda controlar: interruptores, grifos y aparatos eléctricos.

  • Relaciones sociales. Estos niños prefieren estar solos, se relacionan mejor con los objetos que con las personas y no pueden compartir sus emociones con los demás. Sólo tolera el contacto físico en momentos puntuales. En pocas ocasiones mira a los ojos.

En cuanto a las causas, se sabe que es un trastorno del Sistema Nervioso Central, pero se desconoce cuál es la causa. Hay distintas hipótesis sobre ésta: por problemas de malformación de algunas estructuras del cerebro, por infecciones virales padecidas por la madre durante el embarazo, por problemas bioquímicos en el organismo del niño o por factores hereditarios.

Las últimas investigaciones muestran que un 25 % de los niños muy prematuros tienen una probabilidad muy alta de ser autistas.

No existe ninguna prueba de laboratorio para detectar el autismo. Con frecuencia se diagnostica cuando los padres refieren al médico las conductas extrañas de las que ya hemos hablado.

El autismo es un trastorno que dura toda la vida, pero existen varios tratamientos como la terapia para modificar la conducta y el lenguaje. También existen medicamentos que pueden disminuir la agresividad o la falta de sueño.

Como conclusión, diría que el autismo es un trastorno muy grave, difícil de diagnosticar y curar, quizá porque el cerebro sigue siendo el gran desconocido de la ciencia.


BIBLIOGRAFÍA: Enciclopedia Salvat de la Salud, www.autismo.org


Por MINERVA GÓMEZ, 1º Batx.

1 comentario:

Oscar Fernández dijo...

Como espero tengamos ocasión de ir viendo, en este trastorno, como en muchos otros, hay toda una gama que van de casos leves a casos extremos. Es importante que vayamos diferenciándolos. Fijaos en que vamos introduciendo bibliografía y en que es mejor hacer las cosas antes que dejarlas para el final. Saludos.