LA VALIDEZ DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EN LA FILOSOFÍA DE KANT.
La reflexión al respecto de la ciencia supondrá para Kant un pilar básico como parte de su filosofía, y de ahí la importancia del título propuesto para esta redacción. En primer lugar hay que considerar los factores sociales que intervinieron en la sociedad del filósofo. En el siglo XVIII, plena filosofía moderna, Kant se ve imbuido por el desarrollo de la ilustración alemana y de la física, campo en el que destacan figuras como Newton, Galileo o Copérnico, cuyos preceptos quedan aceptados. Este contexto será determinante en su evolución.
En su obra “Crítica de la razón pura”, Kant se adentra en el conflicto de la metafísica. Esta, entendida en su concepción “tradicional” pretende abordar las cuestiones que competen en ámbitos más allá de la realidad y la experiencia. Consecuentemente, la metafísica se erige como punto de discordia entre las dos corrientes de mayor peso de la época: racionalistas i empiristas. Los primeros, la defendían, basándola en principios estrictamente racionales. Por otra parte, los empiristas la negaban por el hecho de no estar fundamentada, como ya se ha dicho, en la experiencia. Así, el filósofo reflexionará acerca de su posibilidad como ciencia.
Al mismo tiempo, dado el auge de la ciencia que, paralelamente, avanzaba con aceptación y Kant no pondrá nunca en duda su veracidad, se propone encontrar sus características o, formulado de otro modo, cómo es posible la ciencia. Así, una vez éstas hayan sido encontradas y establecido un criterio, podrá compararse con la metafísica, resolver la pregunta, y decidir a qué ámbito pertenece.
Esta metodología, por medio de la cual se analiza y cuestiona las diferentes perspectivas crítica. Al respecto, Kant afirmará que “ambos [racionalistas y empiristas] han confundido el origen con el fundamento”. De esta forma, con el fin de mitigar la discordia entre ambos, procederá al análisis y la delimitación del conocimiento, que quedará en relación con la cuestión científico-metafísica. (esto existe? Sonaba tan bonito…)
Asimismo, para abordar el tema, el filósofo alemán adoptará una postura innovadora. A través del denominado “giro copernicano”, es el sujeto cognoscente quien impone las condiciones al sujeto conocido, de manera, además, necesaria. A éste, Kant lo llamará “sujeto trascendental”; es decir, necesariamente todo ser humano. Dichas condiciones reciben el nombre de “a priori”, ya que su validez no depende de la experiencia. En relación a esto, cabe explicar los diferentes tipos de juicios: se distingue, por un lado, entre los ya citados “a priori”, y “ a posteriori”, cuya validez depende de la experiencia. Por otro lado, entre “sintéticos” cuyo predicado no está contenido en el sujeto, y “analíticos”, predicado contenido en el sujeto. La ciencia, con vista al avance del conocimiento, funciona con juicios sintéticos a priori.
El papel del sujeto trascendental tiene un papel fundamental en el proceso de comprensión del conocimiento. Kant lo divide en dos fases que se tratan en cada una de las partes de su obra. En la primera parte, la “Estética trascendental”, se trata el primer nivel de conocimiento, la sensibilidad. En ésta, los objetos, que proceden de la realidad, son intuidos por el sujeto que, por su propia naturaleza, impone las condiciones a priori de espacio y tiempo. La unión de ambos elementos, da lugar al “fenómeno”. De aquí se extrae que el sujeto no puede llegar a conocer el objeto en sí o “noúmeno”. La segunda parte o “Analítica trascendental”, se ocupa de la siguiente fase del conocimiento, el “entendimiento”. En ésta, se trata de explicar el paso entre el fenómeno y la determinación de las leyes de universalidad y necesidad de la ciencia. Partiendo de la existencia de doce tipos de juicios, el sujeto debe tener la facultad de enunciarlos. A esta facultad se le llama “categorías” y se clasifican en doce –como la causalidad o la totalidad-, de acuerdo con los juicios. Por lo tanto, los objetos que habían sido elaborados en la fase anterior son, en ésta, conocidos. Dará como resultado los principios de la ciencia.
De acuerdo con el análisis elaborado a lo largo del texto, Kant llega a la determinación de que el conocimiento se origina en la experiencia pero no depende únicamente con ella, sino de lo que aporta el sujeto. A partir de aquí, se elabora la célebre “Síntesis Kantiana”, cuyo contenido se ilustra con la cita “pensamientos sin contenidos son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas”. Así, habiendo establecido un criterio para la ciencia, se procede a resolver la cuestión metafísica. Tal y como queda recogido en la tercera parte de su obra, la “Dialéctica Trascendental”, la metafísica no es posible como ciencia, ya que no se origina con la experiencia. No obstante, se encargará del ámbito de la razón práctica, y será trascendente, ya no trascendental.
Marcando un antes y un después en la filosofía, Kant consigue establecer los limites del conocimiento, que quedan subordinados a las condiciones a priori establecidas por el sujeto trascendental. De este modo, supone una crítica a las posiciones radicalizadas de dogmáticos y escépticos, desechando las pretensiones del conocimiento de la realidad en sí.
Clara Monzó
1 comentario:
No es para tirar cohetes.
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