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martes, 27 de mayo de 2008

Nietzsche, el valor y los riesgos de la búsqueda de la verdad, por Oscar Requena


En “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral” el filósofo alemán Friedrich Nietzsche critica la cultura occidental por su empeño en la búsqueda de la verdad así como el valor y los riesgos que ello conlleva. Su crítica se refiere sobretodo a la discriminación que los filósofos del pasado, a los que él llama filósofos-momia, imponen a lo sensible., es decir, al exceso de protagonismo de la razón para hallar la verdad.

Nietzsche hace uso del método genealógico, analizando los principios en la búsqueda de la verdad, para comenzar a explicar su teoría. Con él nos dice que nuestra búsqueda de la verdad proviene del miedo y no del amor a la verdad como nos hacían pensar los filósofos-momia. Este miedo viene precedido de la fragilidad mental del ser humano que impide que podamos vivir en el caos. Ante este problema, el ser humano pone en funcionamiento la Razón para que genere un mundo irreal, es decir, lo que Platón llamó mundo sensible.

Si esta genealogía es aplicada al lenguaje vemos que es la necesidad del ser humano de transmitir sus experiencias y no la necesidad de conocer la que lo origina. El lenguaje tiene carácter metafórico pero hay personas, las poderosas, que fijan las metáforas y las convierten en conceptos. El proceso es el siguiente: los objetos sensibles son recibidos y la mente humana elabora una imagen a la cual le asocia una metáfora. La experiencia de sentir procesos u objetos similares crea la palabra (usando la lógica) y esta, al ser aceptada por un colectivo, se convierte en concepto. Esta aceptación conceptual es lo que el filósofo alemán llama pacto gregario y es fruto de evitar la amenaza que presenta la diversidad. Por lo tanto, no puede existir la verdad, eso tan apreciado, ya que esta es la convención de utilizar determinados términos en determinados contextos. Ante ello, Friedrich habla de perspectivismo, esto es, que no existe una sol verdad, sino muchas y todas ellas igual de válidas. Entonces, ¿a qué llamamos mentira? En el mundo actual se llama mentiroso a todo aquel que no acepte el pacto, es decir, el anormal (fuera de la norma) el que ataca la naturaleza del pacto. Entonces la verdad depende de lo que los poderosos o fuertes afirman que es lo bueno o lo malo y esto, según el alemán, debe ser estudiado desde la genealogía de la moral.

Para nuestro filósofo lo bueno, al igual que la verdad, es algo ficticio. Lo que se asocia con el adjetivo bueno es lo noble, lo meritorio. Por el contrario, lo malo es lo vulgar, lo simple… Todos estos conceptos son impuestos por los fuertes, ellos son los que deciden qué definición atribuir a cada denominación. Pero los débiles, fruto del rencor hacia los fuertes pueden hacerse con el poder y entonces ellos serían los buenos. Esto es lo que ha pasado por ejemplo con el cristianismo o el socialismo – pensamiento del cual Nietzsche no puede soportar la idea de igualdad. Su crítica a este ideal se ve muy bien argumentada con su cuestión “¿a quién le pides los apuntes cuándo faltas a clase?”. Nosotros debemos inferir que no todas las personas somos iguales.

Por otra parte el filósofo alemán aclara que la enfermedad que padece Occidente es el nihilismo. Su diagnóstico es fomentar el nihilismo activo frente al pasivo. Las personas deben criticar los valores implantados, enfrentarse a ellos. El que lo consiga, “ese hombre que nos sacará a todos de la estupidez”, será el denominado superhombre. Este es creador de sus propios valores, es decir, tiene voluntad de poder, pero para llegar a ese estado ha de pasar por tres fases. La primera es la del camello. Este es obediente por tradición y no se queja porque sabe que hay esos valores establecidos. La segunda fase es la del león que se queja de los valores establecidos pero no puede crear sus propios valores. La última fase es la de ser un niño, es decir, su actividad es jugar. Crea sus propios valores porque sus condiciones (inocencia, falta de prejuicios…) se lo permiten. El alemán, curándose en salud, advierte que no todo el mundo puede aspirar a superhombre y por lo tanto debe permanecer en el rebaño, obedeciendo.

En Nietzsche es muy importante el papel que le otorga al arte. Dice que el arte se acerca más a la experiencia originaria metafórica que a la conceptualización. La metáfora sabe que lo es y no intenta alcanzar la verdad mientras que las personas que creen que los conceptos pueden llegar a alcanzar la verdad están equivocadas y por ello más alejadas de la realidad. Refiriéndose a la belleza, Nietzsche distingue entre dos corrientes: lo apolíneo y lo dionisiaco. Mientras que los primeros se refieren al canon, a la severidad… los segundos tienen que ver con lo anticanon, lo que no tiene forma. Nuestro filósofo se acerca más a la segunda corriente ya que lo apolíneo, de manos de Sócrates, degenera en pura lógica.

Cuando se intenta explicar la teoría del eterno retorno se vuelve a repetir que la verdad es algo inalcanzable porque la vida está en constante devenir (ya lño decía Heráclito con su teoría de “todo fluye, todo cambia”) y ninguna ley científica puede perdurar durante todo el tiempo.
Finalmente, aclara que solo el superhombre podrá sobrevivir en este mundo caótico en el cual no es posible alcanzar la verdad absoluta y en el cual debe disfrutar de todo, sea mejor o peor, ya que todo forma parte de la vida.

En conclusión, la búsqueda de la verdad no ha sido otra cosa que la historia de un error en el que el puro miedo al caos vital hizo que se conceptualizaran y simplificaran los objetos, para así, poder vivir medianamente seguros. La verdad no es otra cosa que la convención de utilizar determinados términos según el contexto. El riesgo que han tenido todos los filósofos-momia y con ellos toda la sociedad ha sido el del continuo engaño al que han estado sometidos a la hora de querer alcanzar la verdad.
Oscar Requena

3 comentarios:

Christian dijo...

"Ante este problema, el ser humano pone en funcionamiento la Razón para que genere un mundo irreal, es decir, lo que Platón llamó mundo sensible."

-Vale que Platón tirase más hacia el exterior de la cueva, pero según Nietzsche, ¿Platón no se inventaría el mundo de las ideas? Es que dices el mundo sensible (osease, este xD)

" Ante ello, Friedrich habla de perspectivismo, esto es, que no existe una sol verdad, sino muchas y todas ellas igual de válidas.

-Creo que el perspectivismo es que existen distintos tipos de perspectivas de la realidad, pero no significan que sean verdad. Es más, Nietzsche lo que hace es criticar la verdad. No creo que diga luego que la verdad existe.
Lo que dice es que podemos reflejar (pero no hacer una copia perfcta)haciendo nuestras metáforas, pero no olvidandno que son puras metáforas, y dice que son más verdad que los conceptos, no que sean verdad.

Y luego sueltas: "Entonces, ¿a qué llamamos mentira? En el mundo actual se llama mentiroso a todo aquel que no acepte el pacto"

-¿Con eso estas diciendo que con lo que has dicho antes te referias a los verdaderos? No señor mío, los verdaderos serían aquellos que siguen las reglas pactadas.
Te repito que aqui de verdad en sentido extramoral poco xD

AnNy* dijo...

-Óscar, en lo de mundo sensible te has rayado un poquillo...querrías decir, como dice el pollo, mundo inteligible, o sea, el de las ideas

-Pollo, las distintas perspectivas se pueden considerar como distintas verdades, pero en un sentido extramoral claro.

-Yo creo que lo que no pega en esa frase es "actual", por lo menos a mi me desconcierta un poco...Y según creo, no es mentiroso el que no acepte el pacto, sino el que no lo cumple, creo que no es lo mismo...

AnNy* dijo...
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