LOS CONCEPTOS COMO CREACIÓN ARTÍSTICA DEL SUJETO EN EL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE
PAU JUNIO 2003
La incapacidad de algunos seres humanos para aceptar que la realidad es un cambio constante deriva, según la filosofía nietzscheana, en la creación de conceptos. Estos conceptos permiten fijar la realidad, borrando de ella cualquier signo de movimiento y proporcionando una mayor seguridad a dichos seres humanos.
Los conceptos se crean después de un proceso de formación que consta de cuatro partes: en primer lugar está la sensación, que es el impulso nervioso provocado por la realidad cambiante exterior. Después, la sensación se transforma en una imagen mental, que pretende ser una copia suya, pero que se convierte en una metáfora de la misma en cuanto que nunca pude ser una copia exacta. En tercer lugar, cuando intentamos transmitir esta imagen a los demás, la relacionamos con otras experiencias parecidas y le asignamos la misma metáfora, surgiendo así la palabra. Por último, la generalización mediante un pacto del uso de determinadas palabras origina el concepto.
Por lo tanto, el concepto es una creación artística del hombre, del sujeto, en cuanto que es el residuo, los restos, de una metáfora que está ya desgastada.
De esta manera, a la concepción nietzscheana de la realidad como un fluir incesante, estrechamente ligada a la del griego Heráclito -“todo fluye, todo cambia, nada permanece”-, queda petrificada en un nuevo mundo inventado de manera interesada, que se rige según lo que dicta el pacto antes mencionado.
Este pacto responde a la necesidad de la mayoría de seres humanos de vivir en sociedad, y es un tratado de paz que permite la convivencia evitando una “lucha de todos contra todos” que se produciría en el estado de naturaleza. Esta concepción del estado de naturaleza, aunque relacionada con la de Hobbes, está más dirigida al ámbito del lenguaje. Es decir, para Nietzsche, la “bellum omnium contra omnes” se cierne sobre el uso de los términos del lenguaje de una forma diferente a como lo hacen los demás.
El pacto gregario, por lo tanto, es la convención que establece el uso de determinados conceptos y metáforas para determinadas situaciones, que como mucho serían parecidas entres sí, reduciendo la complejidad del mundo cambiante. Y es mediante este pacto como se establecen los valores que siguen la mayoría de los hombres, como un rebaño, a la vez que se fija lo que será la verdad, y en contraposición a ella, la mentira. Esta última consistirá en usar unas metáforas que no sean las acordadas en el pacto, y servirá para evitar que se rompa dicho acuerdo. En este sentido, los filósofos, a los que Nietzsche denomina filósofos-momia - Sócrates, Platón, Descartes, Kant, etc. - han sido los principales guardianes del pacto, lo que han pretendido que la finalidad de las personas es la búsqueda de la verdad.
Sin embargo, la verdad no es más que una convención. Así, cuando los filósofos hablan de su búsqueda de la verdad, lo que hacen realmente es ocultar su voluntad de poder, el instinto de todos los seres humanos que busca la superación, la autorrealización, tras una aparente voluntad de verdad. Pero, en realidad, no lo hacen por amor a la verdad como pretenden hacer creer, sino por miedo a ella, por la incapacidad para convivir con el caos del mundo debido a su fragilidad mental. Y es por esta debilidad por la que recurren al intelecto y por la cual crean todo ese mundo de conceptos fijos que permiten conocer la realidad inmutable que se oculta tras la apariencia de cambio constante.
No obstante, para Nietzsche, no existe tal realidad ultramundana, tal esencia, sino que, lo que se denomina apariencia es la única realidad que existe. Por lo que esa pretendida búsqueda de una verdad inmutable carece de sentido. Es más, ni siquiera existe una única concepción de la realidad que sea la verdadera, sino que existen tantas perspectivas como seres humanos hay, y todas son igualmente válidas. Esto es lo que se denomina perspectivismo.
En consecuencia, si existen millones de perspectivas de una realidad que además está en cambio constante, no tiene sentido la pretensión de explicarla mediante un conjunto limitado de metáforas comunes para todos los seres humanos. Esto es, el lenguaje no puede representar a la realidad, como se ha pretendido en la cultura occidental. Cultura que está destinada a desaparecer, pues el mundo fingido y los valores que ha creado serán destruidos en algún momento. Es el nihilismo, la crisis de valores, la enfermedad que causará la muerta a esta cultura. Frente a este problema, se presentarán dos posturas: el nihilismo pasivo y el nihilismo activo. Mientras que el primero no reacciona ante esta situación, Nietzsche propone el segundo, que, mediante la voluntad de poder, ha de crear nuevos valores.
El nihilismo activo, para poder crear unos nuevos valores, ha de destruir primero los que ya había. Es por esto que Nietzsche habla de la muerte de Dios, entendida esta como la muerte de toda la cultura occidental y no sólo en el sentido de ente metafísico. Es en este momento en el que se puede construir un mundo a imagen de cada uno, individual y subjetivo, y no un mundo igual para todos, como pretendía la moral del rebaño.
Así, el nihilismo activo es un camino de liberación de la individualidad, que puede recuperar el sentimiento de potencia y liberarse de la mala consciencia y de la culpa que provocaba el salirse del rebaño. Pero, este proceso no puede ser llevado a cabo por todos los seres humanos, pues hay muchos que no serían capaces de crear nuevas metáforas, por lo que “quien no puede mandarse a sí mismo, debe obedecer”, es decir, mantenerse dentro del rebaño. Sólo aquellos capaces de crear sus propios valores, serán los que podrán seguir este camino hacia la individualidad. Ése, el que superará el nihilismo pasivo, es el superhombre o suprahumano.
El suprahumano es el que es capaz de vivir con el caos y la diversidad, es su propio Dios y sólo cree en sus propios valores. Se rige por la voluntad de verdad y crea sus propios valores, por lo que es creativo. Es un artista, pues el arte es la manera que tiene la voluntad de poder de autoafirmarse, y es la manera más aproximada de representar la realidad, pues aunque, el arte es una metáfora, de la misma manera que los conceptos, sabe que lo es, mientras que los segundos lo olvidan. Así, el arte sabe que es una representación subjetiva de la realidad, no pretende ser un retrato fiel de la misma -lo cual sería imposible-, sino que tan solo quiere mostrar una perspectiva de esta; mientras que los conceptos, y con ellos el lenguaje, pretenden establecerse como representación única y exacta de la realidad.
En conclusión, la filosofía de Nietzsche supone una dura crítica a la autosatisfacción de la cultura occidental, que se considera la única conocedora de la verdad, así como a la Historia de la filosofía, a la que considera la Historia de un error. De este modo, Nietzsche contrapone a la racionalidad dominante en la cultura occidental, al hombre racional, un hombre intuitivo, que rompe con los conceptos y crea metáforas nuevas, disfrutando de su creación y viviendo con mayor intensidad sus sentimientos.
Anna Roca
PAU JUNIO 2003
La incapacidad de algunos seres humanos para aceptar que la realidad es un cambio constante deriva, según la filosofía nietzscheana, en la creación de conceptos. Estos conceptos permiten fijar la realidad, borrando de ella cualquier signo de movimiento y proporcionando una mayor seguridad a dichos seres humanos.
Los conceptos se crean después de un proceso de formación que consta de cuatro partes: en primer lugar está la sensación, que es el impulso nervioso provocado por la realidad cambiante exterior. Después, la sensación se transforma en una imagen mental, que pretende ser una copia suya, pero que se convierte en una metáfora de la misma en cuanto que nunca pude ser una copia exacta. En tercer lugar, cuando intentamos transmitir esta imagen a los demás, la relacionamos con otras experiencias parecidas y le asignamos la misma metáfora, surgiendo así la palabra. Por último, la generalización mediante un pacto del uso de determinadas palabras origina el concepto.
Por lo tanto, el concepto es una creación artística del hombre, del sujeto, en cuanto que es el residuo, los restos, de una metáfora que está ya desgastada.
De esta manera, a la concepción nietzscheana de la realidad como un fluir incesante, estrechamente ligada a la del griego Heráclito -“todo fluye, todo cambia, nada permanece”-, queda petrificada en un nuevo mundo inventado de manera interesada, que se rige según lo que dicta el pacto antes mencionado.
Este pacto responde a la necesidad de la mayoría de seres humanos de vivir en sociedad, y es un tratado de paz que permite la convivencia evitando una “lucha de todos contra todos” que se produciría en el estado de naturaleza. Esta concepción del estado de naturaleza, aunque relacionada con la de Hobbes, está más dirigida al ámbito del lenguaje. Es decir, para Nietzsche, la “bellum omnium contra omnes” se cierne sobre el uso de los términos del lenguaje de una forma diferente a como lo hacen los demás.
El pacto gregario, por lo tanto, es la convención que establece el uso de determinados conceptos y metáforas para determinadas situaciones, que como mucho serían parecidas entres sí, reduciendo la complejidad del mundo cambiante. Y es mediante este pacto como se establecen los valores que siguen la mayoría de los hombres, como un rebaño, a la vez que se fija lo que será la verdad, y en contraposición a ella, la mentira. Esta última consistirá en usar unas metáforas que no sean las acordadas en el pacto, y servirá para evitar que se rompa dicho acuerdo. En este sentido, los filósofos, a los que Nietzsche denomina filósofos-momia - Sócrates, Platón, Descartes, Kant, etc. - han sido los principales guardianes del pacto, lo que han pretendido que la finalidad de las personas es la búsqueda de la verdad.
Sin embargo, la verdad no es más que una convención. Así, cuando los filósofos hablan de su búsqueda de la verdad, lo que hacen realmente es ocultar su voluntad de poder, el instinto de todos los seres humanos que busca la superación, la autorrealización, tras una aparente voluntad de verdad. Pero, en realidad, no lo hacen por amor a la verdad como pretenden hacer creer, sino por miedo a ella, por la incapacidad para convivir con el caos del mundo debido a su fragilidad mental. Y es por esta debilidad por la que recurren al intelecto y por la cual crean todo ese mundo de conceptos fijos que permiten conocer la realidad inmutable que se oculta tras la apariencia de cambio constante.
No obstante, para Nietzsche, no existe tal realidad ultramundana, tal esencia, sino que, lo que se denomina apariencia es la única realidad que existe. Por lo que esa pretendida búsqueda de una verdad inmutable carece de sentido. Es más, ni siquiera existe una única concepción de la realidad que sea la verdadera, sino que existen tantas perspectivas como seres humanos hay, y todas son igualmente válidas. Esto es lo que se denomina perspectivismo.
En consecuencia, si existen millones de perspectivas de una realidad que además está en cambio constante, no tiene sentido la pretensión de explicarla mediante un conjunto limitado de metáforas comunes para todos los seres humanos. Esto es, el lenguaje no puede representar a la realidad, como se ha pretendido en la cultura occidental. Cultura que está destinada a desaparecer, pues el mundo fingido y los valores que ha creado serán destruidos en algún momento. Es el nihilismo, la crisis de valores, la enfermedad que causará la muerta a esta cultura. Frente a este problema, se presentarán dos posturas: el nihilismo pasivo y el nihilismo activo. Mientras que el primero no reacciona ante esta situación, Nietzsche propone el segundo, que, mediante la voluntad de poder, ha de crear nuevos valores.
El nihilismo activo, para poder crear unos nuevos valores, ha de destruir primero los que ya había. Es por esto que Nietzsche habla de la muerte de Dios, entendida esta como la muerte de toda la cultura occidental y no sólo en el sentido de ente metafísico. Es en este momento en el que se puede construir un mundo a imagen de cada uno, individual y subjetivo, y no un mundo igual para todos, como pretendía la moral del rebaño.
Así, el nihilismo activo es un camino de liberación de la individualidad, que puede recuperar el sentimiento de potencia y liberarse de la mala consciencia y de la culpa que provocaba el salirse del rebaño. Pero, este proceso no puede ser llevado a cabo por todos los seres humanos, pues hay muchos que no serían capaces de crear nuevas metáforas, por lo que “quien no puede mandarse a sí mismo, debe obedecer”, es decir, mantenerse dentro del rebaño. Sólo aquellos capaces de crear sus propios valores, serán los que podrán seguir este camino hacia la individualidad. Ése, el que superará el nihilismo pasivo, es el superhombre o suprahumano.
El suprahumano es el que es capaz de vivir con el caos y la diversidad, es su propio Dios y sólo cree en sus propios valores. Se rige por la voluntad de verdad y crea sus propios valores, por lo que es creativo. Es un artista, pues el arte es la manera que tiene la voluntad de poder de autoafirmarse, y es la manera más aproximada de representar la realidad, pues aunque, el arte es una metáfora, de la misma manera que los conceptos, sabe que lo es, mientras que los segundos lo olvidan. Así, el arte sabe que es una representación subjetiva de la realidad, no pretende ser un retrato fiel de la misma -lo cual sería imposible-, sino que tan solo quiere mostrar una perspectiva de esta; mientras que los conceptos, y con ellos el lenguaje, pretenden establecerse como representación única y exacta de la realidad.
En conclusión, la filosofía de Nietzsche supone una dura crítica a la autosatisfacción de la cultura occidental, que se considera la única conocedora de la verdad, así como a la Historia de la filosofía, a la que considera la Historia de un error. De este modo, Nietzsche contrapone a la racionalidad dominante en la cultura occidental, al hombre racional, un hombre intuitivo, que rompe con los conceptos y crea metáforas nuevas, disfrutando de su creación y viviendo con mayor intensidad sus sentimientos.
Anna Roca
8 comentarios:
No se si me atrevo con Anna, pero allá vamos:
- Creo que el texto da a entender que la imagen mental y la palabra son la misma metáfora, cuando en realidad son dos metáforas distintas, aunque se refieran a un mismo objeto
- "Es decir, para Nietzsche, la “bellum omnium contra omnes” se cierne sobre el uso de los términos del lenguaje de una forma diferente a como lo hacen los demás." Esta parte no la entiendo, mea culpa, pero que alguien me la traduzca please.
- Cuando dices lo de usar conceptos para situaciones que como mucho son parecidas, creo que te quedaría mejor si pusieras más claramente algo así como "se prescinde de la individualidad de cada caso para designar lo que es, aunque parecido, distinto, como si fuera lo mismo".
- No creo que los filósofos escondan su voluntad de poder, sino que como no saben mirar más allá de los conceptos, su voluntad de poder se transforma en voluntad de verdad.
- Para Nietzsche sí que existe lo que Kant llamaba "cosa en sí", pero no la podemos conocer por todo el proceso de estímulo-imagen que hay, que es distinto en cada ser humano, dando lugar a muchas verdades parecidas, pero no iguales.
- El final de la redacción, desde que hablas de la muerte de Dios pasando por el superhombre y la conclusión me encanta. No van a ser todo cosas malas, xd.
Espero las críticas.
Pepe la verdad es que me vienen bien las opiniones porque aun me veo un poco perdida con nuestro querido amigo Nietzsche, pero aun así, sabes que te tengo que contestar, asi que..
-Si la verdad es que me ha quedado un poco raro, falta un poco de explicació para que quede más claro
-Eso es la lucha de todos contra todos pero en latín. Era por no repetir otra vez la misma frase, aunque realmente sí que lo es pero en latín mola más xDD
-Bueno, eso ya son cuenstiones de gusto...xDD
-Aquí está el conflicto! primero yo no he dicho la "cosa en sí" de Kant, he hablado de la esencia, que quizás sí que es lo mismo, pero me parece que no exactamente. Luego, yo he entendido que Nietzsche no cree que exita algo detrás de lo que vemos, una esencia inmutable, el cielo de los católicos, sino que lo único que existe es el mundo que percibimos por los sentidos, el mundo cambiante. De todas formas, admito que no lo tengo muy claro, así que no vendría mal otra opinión como la de óscar profe, por ejemplo xDD
-Nada que añadir, me alegro de que te guste :p xDD
Se me ha olvidado uno! xD
Lo de la voluntad de poder no lo tengo muy claro la verdad, aunque creo que lo que en un principio era voluntad de poder se transforma en voluntad de verdad pero ya digo, no estoy nada segura...
Oscar alumno ¬¬ :
Una duda muy concreta ya que lo demás lo ha criticado Pepe, Anna dices que:
"Es más, ni siquiera existe una única concepción de la realidad que sea la verdadera, sino que existen tantas perspectivas como seres humanos hay, y todas son igualmente válidas."
¿Eso es cierto? ¿Para Nietsche son todas las opiniones igual de validas? (Duda)
Por otra partes dices...
"el concepto es una creación artística del hombre"
Eso queda un poco mal, ¿no? Hablar
de concepto y arte en una misma explicación... Supongo que te referirías a la función creativa del sujeto pero es que lo de artística no lo veo nada claro.
Ya para finalizar y como humilde consejo decirte que en la redacción del examen, en la parte de la conclusión, hables más del tema a tratar.
Oscar Requena:
Me acabo de dar cuenta que el título del texto pone la frase que yo he criticado a Anna anteriormente xD
Que alguien me explique un poco esto por favor.
Para Óscar:
- Sí, para Nietzsche todas las opiniones son igual de válidas, porque todos percibimos los objetos de forma distinta. El lo llama perspectivismo.
Para Anna:
- Nietzsche está de acuerdo con Kant en lo de la "cosa en sí", sólo que para Kant sólo podremos obtener conocimiento de su fenómeno, y para Nietzsche no podremos obtener conocimiento, porque estaríamos tratando de conceptos.
Y eso de el concepto como creación artística me lo guardo para preguntarle mañana a Óscar.
qué nivel que dan las citas latinas, casi parece que no seas una científica (y eso esbueno,xd)
yo del texto lo veo todo bien lo único que a lo mejor convendría canviar un poco la estructura y sintetizar porque si no, hay algunos conceptos que quedan demasiado alejados unos de los otros y se piede un poco el hilo. por ejemplo, cuando lo del "pacto gregario" igual habría que ponerlo más cerca de "quien no puede mandarse así mismo debe obedecer". y el apartado del arte lo encuentro demasiado hacia el final.
pero vamos, que a mí me ha servido, gracias por tu rapidez!!
"En tercer lugar, cuando intentamos transmitir esta imagen a los demás, la relacionamos con otras experiencias parecidas y le asignamos la misma metáfora, surgiendo así la palabra."
Ahí yo diria también que al relacionarla con sucesos semejantes de los cuales ha tenido contacto anteriormente, esa palabra que se forma se desvia de la visión perpesopectiva de lo que intenta expresar.
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