Debido al renombre de que gozaban los pitagóricos y a los encuentros que tuvo Platón con ellos, ejercieron diversas influencias sobre éste.
Así, por una parte, Platón acepta en cierta manera la importancia que la escuela pitagórica atribuía a los números (“los números son la esencia de todas las cosas”) y, por otra parte, adquiere la división entre cuerpo y alma.
En lo referente a las matemáticas, el discípulo de Sócrates considera que son una herramienta para alcanzar el conocimiento de las Ideas, pero éstas, las Ideas, son la verdadera esencia y no las matemáticas. Así ocupan, ontológicamente, un escalón inferior al de las Ideas, el del pensamiento (símil de la línea),(1) pero pertenecen al mundo inteligible, puesto que no se ocupan de lo material y permiten al alma acercarse a las Ideas. Por esto, a la hora de establecer las enseñanzas que deberán formar parte de la educación del futuro filósofo-gobernante y que le permitirán gobernar el Estado justamente, Platón decide que deberán ser parte de la matemática. De esta manera divide las matemáticas en las enseñanzas que la componen y que deberán ser cultivadas correctamente, es decir, alejándose de lo material para permitir al alma acercase a la esencia; estas enseñanzas son, y en este orden: la aritmética, la geometría plana, la geometría de volúmenes, la astronomía y la armonía. Esta división es heredada de los pitagóricos, pero con una adición, la geometría de volúmenes; esto se debe a que esta doctrina no estaba muy desarrollada en aquella época, pero Platón la conocía debido a que uno de sus discípulos de la escuela se dedicó a su estudio. Es por esto que, tras el estudio de as superficies (la geometría plana) y antes del estudio de los volúmenes en movimiento (la astronomía), el filósofo considera que se encuentra el estudio de los volúmenes (geometría de volúmenes), y la añade a las doctrinas que deberán ser estudiadas. Aunque la escuela pitagórica fue la primera en añadir la armonía a las disciplinas matemáticas, ya que hallaron las relaciones numéricas existentes entre los sonidos armónicos; Platón critica el modo en que estudian la armonía, pues aunque buscan relaciones matemáticas entre acordes, no dejan de valerse del oído, y por tanto de los sentidos, por lo que considera que esta no es la manera adecuada para cultivar dicha disciplina.
En lo referente a la dualidad alma-cuerpo, los pitagóricos, sin deja aparte su lado místico, consideraban que el cuerpo era una cárcel para el alma de la cual se tenía que liberar, mediante la reencarnación y el cultivo de las matemáticas y la filosofía. Esta dualidad antropológica es aceptada por Platón, que también considera el cuerpo como cárcel del alma, en tanto que la atrae hacia lo sensible y material, los deseos y apetitos, alejándola de lo puro, por lo que deberá liberarse de esta prisión y purificarse mediante el conocimiento. Además, el discípulo de Sócrates defiende la teoría de la reminiscencia, según la cual el alma ha preexistido en el mundo de las Ideas y luego se ha encarnado en un cuerpo, conservando los conocimientos adquiridos. Este cuerpo, puesto que es material y mortal, morirá, mientras que el alma, inmortal e inmaterial, se reencarnará en otro cuerpo. Con lo cual, Platón acepta la teoría de la reencarnación.
Con todo esto podemos ver las grandes influencias que la escuela pitagórica ejerció sobre Platón, y que este usó, con algunas modificaciones, para formar su doctrina propia.
Anna Roca
NOTAS DEL PROFE:
Muy bien Anna, que se note que estamos a las puertas de acabar con el discípulo del que condenaron a muerte. Sin piedad a por él. ¡Tomad nota del estilo!
(1) Ya sé que no se puede poner siempre todo, pero cuidado con esas referencias. El problema ahora habría de ser cómo puedo hablar de todo. Se trata de gestionar la información, no de soltar etiquetas.
2 comentarios:
Muchas gracias por estos datos, me han ayudado mucho en el entendimiento de la relacion de los pitagoricos con platon
Esta bastante bien el comentario para el examen de Platón
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