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domingo, 18 de octubre de 2009

Sacks, O., El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, cap. 6, por JUAN DÍAZ




Cap. 6: Fantasmas



-Los fantasmas, en el sentido que utilizan los neurólogos, son recuerdos o imágenes persistentes de una parte del cuerpo, normalmente una extremiad, durante meses o años después de su pérdida.


-Los estudió Weir Mitchell durante y después de las guerras de sucesión.


-Había de varios tipos: unos extrañamente espectrales e irreales, otros apremiantes, peligrosamente reales, incluso, otros, intensamente dolorosos, aunque la mayoría completamente indoloros.


-Hubo un caso real de un marinero que perdió el dedo índice en un accidente, y éste le persiguió a modo de fantasma durante 40 años. El marinero afirmaba que aunque él estaba seguro de que el dedo ya no estaba allí, cuando comía o se rascaba la nariz lo hacía con cuidado, por la incontenible sensación de que el fantasma de su dedo le iba a sacar el ojo.

Contrajo luego una neuropatía diabética sensorial grave y perdió toda la sensación de tener dedos , así desapareció también el dedo fantasma.

Por lo cual sabemos que un trastorno patológico central puede ``curar´´ un fantasma.


-También deberíamos hacernos la pregunta de si realmente son malos los fantasmas, ya que a pesar de hacer sufrir dolores y delirios a los afectados también son muy importantes para ellos, ya que los necesitan para poder utilizar las prótesis del miembro amputado.


-Existe el caso real de un hombre que fue al hospital porque perdía el equilibrio, las piernas le flojeaban y se caía. Al principio los médicos le diagnosticaron vértigo, pero tras una seria de pruebas se comprobó que lo que realmente tenía era un fantasma posicional, que consistía en una ceguera virtual de sus piernas y el tacto con estas era inestable y equívoco.


-Existe la duda de si los fantasmas realmente existen, y tras las confusas conclusiones de la ciencia, los afectados afirman que no sólo son reales, sino que les causan un fuerte e insoportable dolor.

A este tipo de dolor se le llama dolor fantasma, como le ocurre a un hombre que tras haberle amputado el pie , le dolía el dedo de ese pie fantasma, porque, según él, antes de la amputación la uña de ese pie no la tenía demasiado cuidada.


-Por último , es necesario decir que estos dolores fantasma no son para nada imaginarios, ya que pueden investigarse por procedimientos neurofisiológicos.


Por JUAN DÍAZ (1ºBatx)

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