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viernes, 30 de octubre de 2009

Sacks, O., Musicofilia, Anagrama 2009, por IRENE CALVO


“Musicofilia” es el título que Sacks escoge para dar nombre al libro en el que trata la música como perfecta terapia para combatir enfermedades o trastornos cerebrales.


El libro está estructurado en cuatro partes claramente separadas. Encontramos, ordenadamente citadas, las siguientes:


En primer lugar “Poseídos por la música. En dicho fragmento se narra el caso de aquellos enfermos que perciben una súbita e incontrolable necesidad de escuchar música.


A continuación, la segunda parte llamada “Una musicalidad variada”. Trata dificultades, molestias e incapacidades para reconocer elementos musicales –tales como la melodía o el ritmo- percibidos por determinadas personas.


Seguidamente encontramos “Memoria, movimiento y música”, donde se fija como idea principal la música como terapia; de tal modo que se logre una recuperación total o parcial de pacientes que sufren enfermedades o trastornos como el síndrome de Tourette.


El libro concluye con “Emoción, identidad y música” título que da nombre a la cuarta y última referente a las sensaciones musicales.



Una vez comentado a grandes rasgos el libro, es oportuno señalar ciertos conceptos a los que Sacks hace alusión. Son pues fenómenos que podríamos considerar cotidianos - de haber nacido con ellos- en los que la música interviene en mayor o menor grado. Es el caso de la sinestesia. Recordar que la sinestesia es una facultad que permite a quien la posee relacionar las percepciones que capta, con un sentido que no es el propio identificador de ésta. Por ejemplo la calificación de un sonido como dulce -el sonido es percibido por el oído y la dulzura por el gusto-.


La subjetividad es la más clara característica de esta facultad pues no necesariamente relacionan de igual manera distintos hombres un mismo estímulo.


Sakcs relata el caso de un paciente que asocia colores a las notas musicales (Do, Re, Mi…) no siendo éstos los mismos en otro enfermo sinestésico.


Otro fenómeno digno de mención que Sacks describe es el tono absoluto. La posesión del tono absoluto es la capacidad de reconocer las notas musicales en los sonidos oídos (como en el canto de un pájaro, en el choque de dos copas o simplemente en las propias notas cantadas por un instrumento). Indistintamente puede ser esta una cualidad innata o bien adquirida aunque forzosamente debe haber sido previamente trabajada.


Sin embargo, además de estos tan curiosos fenómenos, “Musicofilia” se ocupa principalmente de la música terapéutica. La música como ayuda y soporte para afrontar y reducir los síntomas de enfermedades y trastornos cerebrales. Sacks a través de su lectura nos invita a descubrir un mundo musical, donde no sólo la música es un fantástico medio con el que evadirnos sino que además es realmente saludable, especialmente la música clásica, capacitada para estimular inimaginablemente nuestro cerebro. De modo que adentremos la música en nuestro mundo y probemos la experiencia.



Por IRENE CALVO, 1º Batx.

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