En esta parte, Descartes nos cuenta parte de su vida, por lo que tiene bastante de biográfica, pero nos servirá como una introducción donde se habla del buen sentido, se consideran diversas ciencias y donde se da el primer paso del “método”. Durante toda la obra de Descartes, podemos observar rasgos donde muestra mucha cautela, para no provocar a los poderosos de aquella época, la iglesia, y de este modo se cura en salud.
Descartes, se refiere al buen sentido como razón, y afirma que es igual en todos los hombres, es “la cosa mejor repartida del mundo”. Seguidamente nos dice que las diversas opiniones se deben a la forma en la que conducimos nuestros pensamientos y no a que unos sean más o menos razonables. El filósofo habla de la creación de un método, el cual ha elaborado sabiendo las tres dificultades que se le imponen: la mediocridad de su ingenio, la corta duración de su vida y la obligación de someterlo todo a duda. A esta forma de aplicar, conducir, encaminar el pensamiento lo llama el método, el camino hacia la verdad y el sendero que le lleve a elevar el conocimiento a su máxima potencia.
A continuación, comienza la consideración a todas las ciencias que estudió en uno de los mejores colegios de Europa, la Flèche. Las letras sólo le llevan a dudas y errores, la historia solamente cuenta aquello que le interesa, en la filosofía encuentra demasiadas opiniones, la teología no está a nuestro alcance, y la alquimia, astrología y magia acaba despreciándolas. De las otras ciencias, en tanto que participan de la filosofía, critica sus bases, las cuales las declara como poco fiables. En cambio las matemáticas le fascinan por su certeza y evidencia, pero le sorprende no haber encontrado su verdadera función, su aplicación, aunque admite tener unos fundamentos muy sólidos. En cuanto a la poesía y retórica, son dones naturales, por lo que no son objeto de estudio y no podemos aplicar ningún método, que es entorno a lo que giran todas estas consideraciones anteriores. De esta forma, Descartes pretende eliminar aquellas que supongan un obstáculo para la búsqueda de la verdad, el método, aunque sin embargo, estás le ayuden a andar con seguridad por la vida.
Tras no satisfacer su ansia de verdad, se dispone a viajar para ganar experiencia y reflexión, y por ello se alista en dos ejércitos bien diferentes. Pero después de un tiempo se da cuenta de qué se encuentra con muchísima diversidad de opiniones y decide investigar en su país y sus libros, en su razón, en si mismo, como tesis a este relato.
Oscar Requena y David Llobell (alias Corleone)
Descartes, se refiere al buen sentido como razón, y afirma que es igual en todos los hombres, es “la cosa mejor repartida del mundo”. Seguidamente nos dice que las diversas opiniones se deben a la forma en la que conducimos nuestros pensamientos y no a que unos sean más o menos razonables. El filósofo habla de la creación de un método, el cual ha elaborado sabiendo las tres dificultades que se le imponen: la mediocridad de su ingenio, la corta duración de su vida y la obligación de someterlo todo a duda. A esta forma de aplicar, conducir, encaminar el pensamiento lo llama el método, el camino hacia la verdad y el sendero que le lleve a elevar el conocimiento a su máxima potencia.
A continuación, comienza la consideración a todas las ciencias que estudió en uno de los mejores colegios de Europa, la Flèche. Las letras sólo le llevan a dudas y errores, la historia solamente cuenta aquello que le interesa, en la filosofía encuentra demasiadas opiniones, la teología no está a nuestro alcance, y la alquimia, astrología y magia acaba despreciándolas. De las otras ciencias, en tanto que participan de la filosofía, critica sus bases, las cuales las declara como poco fiables. En cambio las matemáticas le fascinan por su certeza y evidencia, pero le sorprende no haber encontrado su verdadera función, su aplicación, aunque admite tener unos fundamentos muy sólidos. En cuanto a la poesía y retórica, son dones naturales, por lo que no son objeto de estudio y no podemos aplicar ningún método, que es entorno a lo que giran todas estas consideraciones anteriores. De esta forma, Descartes pretende eliminar aquellas que supongan un obstáculo para la búsqueda de la verdad, el método, aunque sin embargo, estás le ayuden a andar con seguridad por la vida.
Tras no satisfacer su ansia de verdad, se dispone a viajar para ganar experiencia y reflexión, y por ello se alista en dos ejércitos bien diferentes. Pero después de un tiempo se da cuenta de qué se encuentra con muchísima diversidad de opiniones y decide investigar en su país y sus libros, en su razón, en si mismo, como tesis a este relato.
Oscar Requena y David Llobell (alias Corleone)
1 comentario:
Me caguen dei, quina parrafà!
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