19. ¿Por qué tiene tanta importancia para Descartes la demostración de la existencia de Dios? ¿Qué función cumple en su sistema?
Como bien sabemos, Descartes parte de un problema: la necesidad de encontrar algo que sea cierto, es decir, que se perciba de manera y distinta, que no pueda albergar ningún tipo de duda y que pueda servir de base para llegar a obtener conocimiento. Para alcanzar esta certeza, el filósofo busca un método, que se basará en someter a duda a todo aquello que hasta ahora consideraba cierto, hasta alcanzar una verdad incuestionable que ninguna duda pueda derribar. Esta verdad es el ya conocido cogito: yo pienso, luego soy.
Una vez alcanzado este punto, otro problema le surge al pensador: cómo demostrar que existen más cosas, cómo poder estar tan seguro de esta existencia como se está de la certeza de la afirmación pienso luego existo. Existencia, la de las demás cosas, que se debe percibir también de manera clara y distinta y ser tan cierta que ningún escéptico pueda rechazar bajo sospecha de duda.
Es entonces, ante esta necesidad de salir de sus pensamientos, de escapar del solipsismo en que se está encerrando, cuando se da cuenta de la existencia de un cierto tipo de ideas en su mente de las que no está clara su procedencia. Dichas ideas son la idea de perfección y la idea de infinitud. Siguiendo su afán metódico y racional, Descartes busca el origen de estos pensamientos y establece una argumentación que le permite llegar a éste.
La argumentación comienza con la afirmación de que él no es perfecto, cosa que resulta evidente, puesto que duda y si fuese perfecto no necesitaría dudar sino que tendría conocimiento. Y entonces se plantea: ¿cómo es posible que un ser imperfecto como yo tenga una idea de perfección? Es obvio que de él no puede proceder, ya que algo imperfecto no puede ser origen de nada perfecto. La perfección solo puede originarse de perfección, es decir, solo puede provenir de algo perfecto. Por lo tanto, debe existir algo perfecto que cree esta idea de perfección y me la transmita. Y este ser perfecto es Dios.
De la misma manera sucedería con la idea de infinitud, ya que los seres humanos somos finitos.
Es en el último punto de su argumentación, en el que pasa de la idea de perfección a la existencia de un ser perfecto, en el que será más duramente criticado posteriormente.
Retomando la argumentación, la existencia de Dios le sirve a Descartes para justificar la verdad de nuestros pensamientos y solucionar de este modo su problema.
Esta justificación se basa en que todo lo que somos proviene de Dios, lo ha creado él. De ello se sigue que todas las cosas que percibimos de manera clara y distinta no pueden ser sino verdaderas en tanto que proceden de Dios, y que, como Ser perfecto, no puede ser origen de ningún tipo de falsedad. Por lo tanto, cualquier falsedad que puedan contener nuestras ideas no proviene de Él, sino que surge de nuestra imperfección. De esta manera podemos estar seguros de que nuestros pensamientos claros y distintos son verdaderos, ya que Dios, en tanto que es perfecto no puede poner en nosotros pensamientos que no sean sino verdaderos, y lo contrario no tendría sentido. También podemos saber que es más cierto aquello que pensamos durante la vigilia que lo que imaginamos en los sueños, por explícitos que estos sean. Esto es debido a que los primeros son mucho más evidentes y completos que los segundos. Además, en los sueños percibimos las cosas de manera semejante como lo hacemos mediante los sentidos, que sabemos que nos engañan. Es por esto que sólo podremos confiar en nuestra razón en estado de vigilia, que es la que nos dicta infaliblemente lo que nuestros pensamientos tienen de verdaderos y que ello procede de Dios.
Resumiendo, con la existencia de Dios Descartes encuentra una salida a su solipsismo, un puente que le permite pasar de dudar de todo a poder afirmar con certeza que tenemos pensamientos verdaderos y que, por lo tanto, pueden existir otras cosas en tanto que están en nuestro pensamiento. Y esta es la importancia y la función que tiene demostrar la existencia de Dios para Descartes.
Anna Roca
Como bien sabemos, Descartes parte de un problema: la necesidad de encontrar algo que sea cierto, es decir, que se perciba de manera y distinta, que no pueda albergar ningún tipo de duda y que pueda servir de base para llegar a obtener conocimiento. Para alcanzar esta certeza, el filósofo busca un método, que se basará en someter a duda a todo aquello que hasta ahora consideraba cierto, hasta alcanzar una verdad incuestionable que ninguna duda pueda derribar. Esta verdad es el ya conocido cogito: yo pienso, luego soy.
Una vez alcanzado este punto, otro problema le surge al pensador: cómo demostrar que existen más cosas, cómo poder estar tan seguro de esta existencia como se está de la certeza de la afirmación pienso luego existo. Existencia, la de las demás cosas, que se debe percibir también de manera clara y distinta y ser tan cierta que ningún escéptico pueda rechazar bajo sospecha de duda.
Es entonces, ante esta necesidad de salir de sus pensamientos, de escapar del solipsismo en que se está encerrando, cuando se da cuenta de la existencia de un cierto tipo de ideas en su mente de las que no está clara su procedencia. Dichas ideas son la idea de perfección y la idea de infinitud. Siguiendo su afán metódico y racional, Descartes busca el origen de estos pensamientos y establece una argumentación que le permite llegar a éste.
La argumentación comienza con la afirmación de que él no es perfecto, cosa que resulta evidente, puesto que duda y si fuese perfecto no necesitaría dudar sino que tendría conocimiento. Y entonces se plantea: ¿cómo es posible que un ser imperfecto como yo tenga una idea de perfección? Es obvio que de él no puede proceder, ya que algo imperfecto no puede ser origen de nada perfecto. La perfección solo puede originarse de perfección, es decir, solo puede provenir de algo perfecto. Por lo tanto, debe existir algo perfecto que cree esta idea de perfección y me la transmita. Y este ser perfecto es Dios.
De la misma manera sucedería con la idea de infinitud, ya que los seres humanos somos finitos.
Es en el último punto de su argumentación, en el que pasa de la idea de perfección a la existencia de un ser perfecto, en el que será más duramente criticado posteriormente.
Retomando la argumentación, la existencia de Dios le sirve a Descartes para justificar la verdad de nuestros pensamientos y solucionar de este modo su problema.
Esta justificación se basa en que todo lo que somos proviene de Dios, lo ha creado él. De ello se sigue que todas las cosas que percibimos de manera clara y distinta no pueden ser sino verdaderas en tanto que proceden de Dios, y que, como Ser perfecto, no puede ser origen de ningún tipo de falsedad. Por lo tanto, cualquier falsedad que puedan contener nuestras ideas no proviene de Él, sino que surge de nuestra imperfección. De esta manera podemos estar seguros de que nuestros pensamientos claros y distintos son verdaderos, ya que Dios, en tanto que es perfecto no puede poner en nosotros pensamientos que no sean sino verdaderos, y lo contrario no tendría sentido. También podemos saber que es más cierto aquello que pensamos durante la vigilia que lo que imaginamos en los sueños, por explícitos que estos sean. Esto es debido a que los primeros son mucho más evidentes y completos que los segundos. Además, en los sueños percibimos las cosas de manera semejante como lo hacemos mediante los sentidos, que sabemos que nos engañan. Es por esto que sólo podremos confiar en nuestra razón en estado de vigilia, que es la que nos dicta infaliblemente lo que nuestros pensamientos tienen de verdaderos y que ello procede de Dios.
Resumiendo, con la existencia de Dios Descartes encuentra una salida a su solipsismo, un puente que le permite pasar de dudar de todo a poder afirmar con certeza que tenemos pensamientos verdaderos y que, por lo tanto, pueden existir otras cosas en tanto que están en nuestro pensamiento. Y esta es la importancia y la función que tiene demostrar la existencia de Dios para Descartes.
Anna Roca
3 comentarios:
CLARA
vale, ¿por qué me toca a mí comentar este comentario? anna, creo que hay muypoco que obejtar y te agradezco la redacion, porque me ha servido para aclarar algunos puntos que no acababa de entender.
tengo que decir sin embargo, que parece que la argumentacion de la existencia de dios se repite demasiado y que mezclas un poco los argumentos de forma que a veces llegas a perderte. falta eb tu argumentacion el "argumento de la causalidad" ya que giras en general en torno a Dios como causa del ser a partir de las ideasde infinitud y perfeccion.
la conclusion me parece muy buena, en serio, recoge muy bien todo lo que hemos visto de descartes pero, debo decir que no que cada claro cuando dices "pueden existir otras cosas en tanto que estan en nuestro pensamiento", quiza deberias explicarlo, y concretar la palabra "cosa".
aun asi, ya t digo q me ha costado sacarle algo criticable,xD
si de mi dependiera, t pondria buena nota
Anna:
Bueno, bueno, ahora me toca alegar algo en mi defensa e intentar rectificar xD
Por una parte no entiendo muy bien a lo que te refieres con que se repite la argumentacíón de la existencia de Dios, creo que explicarla la he explicado una sola vez así que me parece que no te he acabado de entender.
Por otra parte, es cierto que falta hablar del argumento de causalidad como tal, pero me parece que queda explicado, implícitamente xq no lo enuncio como tal, pero queda dicho. Por ejemplo, cuando hablo de la idea de perfección, explico que la idea no se puede originar en mi, ya que soy imperfecto y todo lo de que se debe originar de un ser perfecto que ya sabemos. Me parece que el argumento de causalidad viene a decir lo mismo pero con la idea de infinito, así que quedaría explicado de manera indirecta. Aunque sí que he de decir que no hubiese estado de más hablar de él y dejarlo claro, y realmente no he hablado de los argumentos como tales sino de la argumentació que sigue en el texto, ya que en realidad a mí, no me tocaba explicar esa parte, sino que la he usado para introducir y que quedase más claro el punto al que quería llegar.
Por último, es verdad que el final me ha quedado un poco lioso, aunque la verdad es que me lié un poco y ese fue el resultado xD. Creo que ahora lo podré aclarar un poco más.
Por "cosas" me refería a las cosas materiales, como el mundo en sí y aquello de lo que tenemos algun pensamiento, cualquier cosa material de la que tengamos idea y que por lo tanto, puesto que Dios nos da estas ideas y no puede querer engañarnos, puesto que si fuese así, sería un ser falaz y esto es contradictorio a su definición. Por lo tanto, quería decir que, mediante la demostració de la existencia de Dios, Descartes pasa querer demostrar la existencia de algo más que de sí mismo, y esto son las cosas materiales, incluso del mundo en sí. No se si habrá quedado un poco más claro...
Y para acabar, quiero decir que me parece admirable que hayas logrado encontrar errores en mi redacción...xDDD no en serio, buen trabajo clara, intentaré no guardarte rencor de ahora en adelante, pero no va a ser una tarea facil...xDDD
Xaoooo!!!!!
jose.
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