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lunes, 2 de noviembre de 2009

Yo soy inteligente, pero mi ordenador no, por MINERVA GÓMEZ



Ana Canela, "Yo soy inteligente, pero mi ordenador no", Capítulo 3 del libro Ruiz, J./Gracia, G. Lecturas para estrenarse en Psicología, Ed. Diálogo 2002.



Voy a empezar mi exposición con una pregunta que seguro que muchos de nosotros nos hemos hecho alguna vez.

¿Es menos inteligente una persona que no aprueba una asignatura o que saca poca nota, que otra que siempre lo aprueba todo o saca notas muy altas?

Generalmente diríamos que sí, porque “sabe menos”. Pero os voy a demostrar que este concepto de inteligencia está algo equivocado, es pobre en argumentos y no es sólo el sinónimo de cultura. La inteligencia no es un concepto único, es un conjunto de varios aspectos.

A menudo se considera la inteligencia como la capacidad mental de la persona para adquirir nuevos conocimientos o utilizar los que ya tiene para resolver ciertas situaciones que se le presentan. También se entiende para utilizarla con algún fin, para pensar racionalmente y para relacionarse con el ambiente.

Existen diversas teorías sobre la inteligencia que se pueden agrupar en tres:

La primera teoría es la hereditaria, es decir, la capacidad mental se trasmite de padres a hijos. Esta herencia intelectual se refleja cuando los psicólogos averiguan el cociente intelectual mediante un test para saber la edad mental de una persona. Ej: Todos hemos oído alguna vez “tiene 15 años, pero es como un niño de 5”, eso es la edad mental. El cociente intelectual mide la inteligencia general, pero no las habilidades específicas de la persona. Además, esta teoría no sirve para explicar que de padres inteligentes nazcan niños poco o nada inteligentes.

Esto hizo que apareciera una segunda teoría, la ambientalista, que afirma que el ambiente de las personas, su familia, situación social, salud, amigos, estímulos recibidos…, es lo que determina la inteligencia. Los defensores de esta teoría critican duramente la anterior, la hereditaria, porque puede utilizarse para discriminar. Ej: Supuestamente, los hijos de padres no inteligentes, obligatoriamente tampoco lo serán nunca. Pero claro, esta teoría ambientalista, también recibió críticas porque no se puede convertir a una persona en lo que uno quiera simplemente rodeándola de un determinado ambiente. Ej: No tiene mucha lógica que si voy mucho con mi amiga pintora, pianista o escritora, acabe teniendo las mismas capacidades y conocimientos que ella.

La tercera teoría, aprovechó las aportaciones de las dos anteriores. Utilizando las ideas sobre las influencias de la herencia y el ambiente. Es la teoría interaccionista que afirma que la inteligencia está formada tanto por aspectos heredados como adquiridos o aprendidos. Ej: Una persona puede haber nacido con una serie de aptitudes, como la facilidad de palabra, y al mismo tiempo haber aprendido el uso correcto del lenguaje.

Hay que destacar que la inteligencia no es estática, es decir, no es igual a lo largo de toda la vida. Desde el nacimiento, crece y se desarrolla. En la adolescencia se estanca pero aumenta de calidad, porque a lo largo de la vida se va añadiendo cultura y experiencias, y eso perfecciona la inteligencia que ya se tiene.

Si hablamos de la inteligencia general, es la capacidad que nos permite adaptarnos a las circunstancias. Ej: Cómo afrontar la muerte de un ser querido, qué hacer para llegar a final de mes con un sueldo bajo o cómo acabar con el enfado entre dos amigas.

Por otro lado está la inteligencia individual, refiriéndome a los distintos tipos de capacidades como la habilidad, aptitud y destreza. Esto quiere decir que cada persona está más capacitada para unas cosas que para otras. Ej: En el periodismo, la política o la enseñanza, la inteligencia o habilidad verbal es fundamental para expresarse y comunicarse utilizando conceptos. Como también lo es la habilidad espacial para conducir un coche o interpretar un plano.

Por último, os voy a hablar de la inteligencia artificial, que es como un simulacro del pensamiento humano con máquinas, concretamente con ordenadores. Un ordenador es capaz de hacer más en menos tiempo, pero no es un ser inteligente, sino una máquina creada por el ser humano, que ha introducido en su memoria una gran cantidad de datos y unas órdenes para trabajar con mucha rapidez. El ordenador sólo puede hacer lo que la persona le ordena mediante un lenguaje creado también artificialmente para realizar su tarea. La verdadera inteligencia la posee la persona que lo ha fabricado.

El ser humano tiene sentimientos y emociones que lo diferencian del ordenador. Por eso, además de la importancia de la inteligencia tenemos algo más que nos define como personas. Por tanto, como conclusión, debemos saber que ser inteligente incluye no sólo la capacidad de pensar, de resolver problemas, de vencer a un ordenador en una partida de ajedrez, etc., sino también la capacidad de emocionarse, comprender los problemas ajenos, indignarse con la injusticia…

La inteligencia es la suma de muchas posibilidades que el ser humano posee en mayor o menor grado, que pueden desarrollarse o estancarse según la vida que nos ha tocado vivir.

Por MINERVA GÓMEZ, 1º Batx.

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