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martes, 1 de noviembre de 2011

Cuando hablamos de un ser humano..., por Miguel Ángel Sánchez



Cuando hablamos de un ser humano, muchos pensamos en el aspecto físico de éste, en la manera de pensar, actuar… Sin embargo, la teoría de Platón, al igual que algunas religiones, defiende que el ser humano consta de dos partes: el cuerpo y el alma. Esta teoría se denomina antropología.

En primer lugar,  el cuerpo es la parte que  denominamos sensible, puesto que es la que nos acerca a todo lo material, a los deseos inmediatos, que nos distraen de lo que nos interesa. Además, es la cárcel del alma, ya que ésta lo que pretende es conseguir liberarse  para conseguir el objetivo, hallar la verdad. Pero…. ¿cómo podemos liberar el alma?

El alma consta de tres partes principalmente: la irascible que es la que provocan las emociones, la apetitiva que es la que cumplen con los deseos inmediatos y por último la parte racional, que es la parte del alma que distingue a los seres humanos del resto. La parte racional es la más importante y la que, según los pitagóricos, nos puede liberar de la reencarnación a través del conocimiento, y sobre todo, con las matemáticas, ya que éstas son el puente, la vía de paso del mundo sensible (cosas) al mundo inteligible (ideas), puesto que son inmutables y utiliza parte del mundo sensible con la inteligible para llegar al conocimiento, nos acercan más a “las ideas”, pero ¿qué entendemos por ideas? DEMASIADAS COMAS.

Las ideas son esencias de las cosas, es decir, cuando nosotros vemos materialmente una mesa, ésta participa de la idea de mesa. La mesa físicamente varía a lo largo del tiempo, se estropea…. Sin embargo, la idea de mesa es algo inmutable, algo a lo que hemos llegado a través del conocimiento y que siempre va a ser así, nunca variará. Cuanto mejor sea la mesa, más cerca estará esta de la idea de mesa y sobre todo, estará más cerca de la idea de bien, que es el máximo exponente del conocimiento, si conocemos el bien, conocemos todo. Pero este proceso no lo puede conseguir todo el mundo, ya que no es un proceso fácil y además es costoso, la mejor manera de explicarlo es con el “mito de la caverna”.

El mito de la caverna  cuenta que en una caverna habían unos prisioneros “que serían los ignorantes” que están atados con cadenas y están a oscuras frente a una pared. Detrás de esta pared hay como un agujero (que ellos no ven) que refleja todo lo que pasa gracias al fuego. Por lo tanto, los prisioneros solamente ven las sombras de los objetos y por lo tanto para ellos esto es la realidad. Un día sueltan a un prisionero y lo dejan a la deriva (estudios, conocimiento) para que vaya aprendiendo nuevos conocimientos  y a través de sobre todo, las matemáticas, logre llegar al conocimiento de las ideas hasta que cuando salga de la caverna, libere su alma y consiga distinguir las cosas que no son sombras llegue a la idea de bien, que sería el sol. Esta persona, con todos los conocimientos adquiridos será la encargada, la destinada a gobernar a los prisioneros de la caverna, sería la llamada teoría del filósofo gobernante. HA SEGUIDO UN PROCESO DE EDUCACIÓN.

La teoría del filósofo gobernante afirma que solamente aquella persona que haya llegado al conocimiento, a la idea de bien será la que esté destinada a gobernar a los “ignorantes” y que éstos consigan lograr armonía, justicia y el bien del estado, puesto que son los organizadores del Estado. No obstante, un filósofo gobernante necesita un proceso de educación para llagar al verdadero conocimiento, es un proceso selectivo que pasa por una serie de fases que nos acerca a la idea de bien. 
Finalmente, lo más importante para ser filósofo es el estudio de las matemáticas, ya que sin estas no lograríamos liberar el alma y con ésta evitaríamos la reencarnación, el encarcelamiento del alma en un cuerpo y conseguiríamos llegar al punto álgido del conocimiento, la Idea de Bien

2 comentarios:

Oscar Fernández dijo...

estilo, que os vais rápido por las ramas. Serios y al texto, para bromas... en clase. Hay que ser más académicos con las preguntas y con las respuestas, nos estamos preparando para un tipo concreto de examen.

Antropología no es hacer esa distinción, sino el estudio del ser humano, aunque suele tener un componente social. Por eso hay que andar con mucho cuidado con las propias elaboraciones, porque nos metemos en problemas pronto y hay que ser muy elegantes.

Ojo, al que sale de la caverna no lo dejan a la deriva.

Ojo, lo más importante NO es el estudio de las matemáticas. Éstas forman parte del proceso de abstracción, es un paso necesario, pero no lo más importante.

Miguel, cuidado con el estilo. Está bien como comprensión, pero para el examen, lo que estamos preparando, hay que hacer algo más razonado, más denso, con más información. La comprensión que muestras aquí es necesaria pero no suficiente.

Relaciona con más elementos.

Este tipo de ejercicio es para esto, para ver qué es lo que sirve y qué es lo que no. El momento de equivocarse es ahora. El que no se equivoque ahora quiere decir...

Anónimo dijo...

Miguel, los ejemplos los pondría más concretos en los mitos de Platón, no por ejemplo en la idea de mesa. El que sale de la caverna no está a la deriva, es preparado para ser filósofo gobernante. Mediante una dura fase de educación, para la contemplación de mundo de las ideas.



MªJosé.