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martes, 1 de noviembre de 2011

Ética platónica, por Noel Conde



La ética se ocupa del mayor bien para las personas, según Platón, la felicidad va unida a la virtud, que a su vez, va unida al conocimiento.

Es decir, para alcanzar ese máximo bien humano debemos alcanzar el conocimiento. Ésta idea está inspirada del intelectualismo moral de Sócrates, su maestro, que se basó en tres principios: -sin conocimiento no puede haber virtud, es decir, que para hacer el bien o la justicia, antes debemos conocer el bien y la justicia; -a pesar de que a veces nos equivoquemos por culpa de la ignorancia, todas las personas deseamos nuestro propio bien, y –si llegamos a conocer un valor, por ejemplo, el bien, estamos obligados a obrar bien, no podremos obrar mal.

Platón utilizará el intelectualismo moral de Sócrates para aplicarlo a la política. Los políticos deberán conocer los tres principios del intelectualismo moral aplicados a las ideas de justicia y de bien, que es la última idea que se alcanza. Así es seguro que, conociéndolas, no podrá ser ni injusto ni malo y habrá certeza de que está preparado para hacer su trabajo. Eso sí, cualquiera no puede ser gobernante, de hecho, el gobernante ha de ser el mejor, no sólo en conocimiento, sino también en virtud. QUE VIENE SIENDO LO MISMO PARA PLATÓN.

Este afán de Platón por cambiar el orden político se debe al rechazo que tuvo a la política de Atenas de aquella época, se podría decir que ahí empieza su filosofía, de la insatisfacción con la situación política de su época, y, en especial, con la democracia ateniense. Sus principales argumentos en contra del sistema político fueron el hecho de que cualquiera pudiera tener una función pública en la política, sin necesidad de ninguna preparación, que a pesar de que la democracia fuera “el gobierno del pueblo”, a la hora de la verdad sólo se trataba del abuso de unos pocos políticos, preparados por los sofistas, sobre un pueblo ignorante, y por último, por la injusta ejecución de Sócrates, según él, el hombre más justo, por parte de la democracia.

Contra todo eso, a través de la filosofía, Platón difundirá su idea del Estado ideal, en la que el Estado es como “un individuo en grande”. En cuanto a “individuo” se refiere a nuestra dualidad en cuerpo y alma, en la que el cuerpo es la cárcel del alma, la cual tiene que escapar.  A su vez el alma, inmortal e inmaterial, cuya función es el conocimiento, se divide en tres partes: -la racional, cuyo valor es la prudencia, que debe pertenecer a los políticos, -la irascible, con la valentía que deben tener los guardianes, y –la apetitiva, que posee la moderación que los productores deben tener. En el equilibrio entre esas tres partes, se encuentra la virtud, tanto en nuestro interior como en el estado.

Además, es importante relacionar el alma con el ejercicio de gobernar porque la virtud principal del alma es la justicia. La justicia en el alma es el dominio de la parte racional contra la apetitiva y la irascible. Al contrario que pasa con el cuerpo, sólo a través del alma podemos llegar a conocer las Ideas, el cómo hacerlo, se explica a través de la teoría de la reminiscencia, en la que el alma, antes de existir dentro de un cuerpo humano, ya ha existido en el mundo inteligible (el mundo de las Ideas, no percibido por los sentidos sino por la inteligencia, permanente, donde se encuentra el orden, cosmos), y al pasar a nuestro cuerpo, al mundo sensible (que cambia, percibido por los sentidos, y con menos existencia que el inteligible) olvida estas Ideas dejando un rastro olvidado de ellas. Por lo tanto, aprender o conocer, según la teoría de la reminiscencia, es recordar, mediante la educación, aquello que el alma conoció en el mundo inteligible.

Para comprender la ética del Platón es necesario conocer la armonía del mundo de las Ideas. En contra del relativismo de los sofistas, que afirma que no existen verdades absolutas, Platón hablará de realidades no materiales, eternas, que permanecen sin cambiar y perfectas, éstas son las Ideas.

Hay ideas de valores éticos, como la justicia, estéticos,  como la belleza, de objetos matemáticos, de todos los seres vivos, como nosotros, los humanos, y de objetos materiales. Las realidades físicas son copias imperfectas de éstas Ideas, y por lo tanto, tienen menos existencia. La Idea que más existencia tiene, la más importante y la última que llegamos a alcanzar, es la Idea de bien.

Y si bien Platón dedicó su vida, entre otras cosas, a buscar la verdad, nunca habló de una Idea de verdad, ya que la verdad misma, son las Ideas.

2 comentarios:

Oscar Fernández dijo...

Arranca con un párrafo potente de partida, a empezar fuerte. ¿Para qué separarlo? En vez de esas dos primeras líneas, con un panorama más amplio ya dejas bien claro que sabes dónde te mueves. Si no lo haces así tienes que demostrarlo luego.

Bien el avance de ideas por pasos:
2º§ la herencia de Sócrates,
3ª la aplicación de Platón a la política,
4º cuela la motivación del autor por la filosofía política,
5º menciona es estado ideal pero se lía un poco con las partes del alma (ahí ya he visto que algunos os enredáis en la clasificación, decid lo más importante y a correr)
6º y 7º muy rápido por las ideas, sin sacar partido a la idea de bien en cuanto al tema: la ética. ¿Cómo se podría haber aprovechado? Pregunta para nuestros lectores.
El último párrafo es un poco forzado, breve y sin sacar partido a lo que se ha dicho. El sentido de la conclusión es insistir sobre lo más importante, no aprovechar para colar algo (y si se hace, con más disimulo).
Se podía haber aprovechado bastante más ese final. Otra sugerencia para nuestros lectores, que lo completen a partir de lo que hay.

En resumen, buenos movimientos, redacción clara y concreta, tiene elementos pero rehuye el combate en los dos momentos más interesantes, al principio y al final. Cuidad esos detalles. Buen texto.

Y sin paréntesis!

La receta es tenerlo muy muy claro y ser muy concretos en el punto. Luego, con la elegancia que os caracteriza, rollo, pero a ráfagas y tirando a dar.

El problema que tienes es que si te lleva mucho tiempo hay que hacerlo en poco. La práctica hace maestros.

Anónimo dijo...

Noel, otra vez te has enrollado, sintetizar más las ideas, no se si exista esta palabra pero "concretizar". En la conclusión un repaso de TODO lo que hablas.


MªJosé.